Ecosistemas digitales en el aula ¿Aprovechamos bien la tecnología? Proyecto T-Didacta.

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Cuando se trata de formar a los infantes y darles la mejor educación todos los avances nos parecen apetecibles y el uso de nuevas tecnologías se nos antoja la panacea que traerá, por fin entre nosotros, a las nuevas generaciones de súper-ciudadanos. Claro. El caso es que rara vez avances tecnológicos y aplicaciones reales van de la mano de forma tan idílica como nos imaginamos.

Desde hace unos años asistimos al imparable auge de las tabletas como herramienta ideal para el consumo de contenidos y su asociación a las aulas parece inevitable (¡Yujú!). Pero aquí radica también el principio de nuestros problemas. La mala utilización de las tecnologías genera dinámicas que, lejos de mejorarla, empeoran la experiencia lectiva tanto de alumnos como de profesores;

  • Niños aislados que, como pequeños “hikikomoris”, no se relacionan con sus compañeros.
  • Profesores que no saben qué hacen sus alumnos, que no entienden los informes parciales y que no saben decodificar la información que se les ofrece.
  • Contenidos pobres que no son personalizables por docentes ni alumnos (“¿cómo les digo que esto no entra en el examen?”, “¿cómo subrayo esto tan importante?”).
  • Problemas en la monitorización de la actividad (“¿qué contenidos les han gustado más?” “¿cómo están usando los contenidos que se les sirven?”).
  • Infraestructuras poco eficientes (“se ha vuelto a caer internet”, “hemos tardado 20 minutos en arrancar los contenidos”).

T-Didacta01

¿Podemos hacer algo para mejorar esta situación? ¿Existen tecnologías al alcance de empresas e instituciones para crear un nuevo paradigma de trabajo en clase que aporte soluciones creativas y eficientes? La respuesta es sí (de nuevo ¡Yujú!), utilizando un entorno altamente colaborativo, donde el contenido es el rey y de donde poder extraer datos útiles y predictivos. Ahora viene lo mejor. Lo mejor es que ya lo estamos creando.

En septiembre de 2014, Netex recibió un crédito bonificado para desarrollar el proyecto “T-Didacta”, que pretende solventar todos estos problemas de forma integral. El proyecto ha sido cofinanciado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, dentro del Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica 2013-2016 con el número de referencia TSI-100600-2014-31

T-Didacta, fomenta el aprendizaje basado en el trabajo colaborativo. Proporciona herramientas que permitan a los profesores recuperar el control de la clase, ayuda a la formación personalizada de cada estudiante, prevé los posibles fracasos escolares, personaliza los contenidos y mejorar las infraestructuras tecnológicas de las aulas. Nada menos.

Parece fácil ¿eh? Pues la cosa es que ya disponemos de las tecnologías para todo ello, sólo se trata de ponerlas en común. El proyecto T-Didacta reutiliza componentes de proyectos en curso y para cumplir sus objetivos se basa en tres pilares fundamentales:

  1. Actividades colaborativas.
  2. Gestión de la clase a través del contenido.
  3. Learning Analytics Engine.

Actividades colaborativas:

Formatos planteados para conseguir unos objetivos formativos bien definidos, orientados a su público, prácticos y entretenidos, fáciles de consultar y acceder y completamente trazables. Creados a partir de plantillas que contienen las funcionalidades colaborativas e “inteligentes” que permitan sacar todo el partido al trabajo en las aulas.

T-Didacta02

Gestión de la clase a través del contenido:

Si el profesor y los alumnos permanecen una buena parte de su tiempo con el libro, ¿por qué les obligamos a entrar y salir constantemente al entorno de aprendizaje? La gestión se hace compleja. Todo lo que el profesor y alumno necesitan se puede gestionar  sobre el contenido  se hace desde el propio contenido: los grupos, las evaluaciones, las actividades. Estamos ante un nuevo concepto de libro autogestionado, y que convive con los entornos de aprendizaje de una forma natural.

Learning Analytics Engine:

Este motor permite analizar todas las acciones y actividades en las aulas para generar un “feedback” que haga posible el análisis (y la predicción) de los niveles de progreso, ejecución, productividad… Que haga recomendaciones a alumnos y profesores y que alerte de manera temprana de conductas o dinámicas nocivas.

Así que, resumiendo, si combinamos estas partes y añadimos una oferta de conectividad para las aulas a muy bajo coste, obtenemos un sistema que dinamiza el trabajo colaborativo, con contenidos diseñados específicamente para el entorno y que permiten a los profesores trabajar en tiempo real los contenidos con los alumnos. Un entorno que permite estudiar las dinámicas de la clase, sus tendencias, sus comportamientos y reacciones. Un entorno que nos advierte de los posibles problemas, que integra a los padres en el proceso y que también nos sugiere vías de actuación para evitar que caigan en el ostracismo y el fracaso.

Quizá es pronto para saberlo, pero bien puede que estemos ante una nueva manera de hacer las cosas en las clases aprovechando todas las ventajas que los medios digitales nos ofrecen.

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